Cuando una relación termina y hay hijos de por medio, surge el tema de la custodia y el régimen de visitas. En Florida, la ley promueve el concepto de tiempo compartido, permitiendo a ambos padres participar activamente en la crianza de sus hijos. Sin embargo, cuando no se obtiene la custodia, surgen dudas sobre la frecuencia y condiciones en las que se puede ver a los hijos.
Tiempo compartido y régimen de visitas
En Florida, el tiempo compartido es el término legal para describir la custodia y el régimen de visitas. La idea es que ambos padres puedan participar en la vida de sus hijos, siempre considerando el mejor interés del menor. Si los padres no logran acordar un plan, el tribunal intervendrá para establecer uno que sea justo y razonable.
¿Cómo se determina la frecuencia de las visitas?
El tribunal toma decisiones basadas en el bienestar del menor. Algunos de los factores que se consideran incluyen:
- La capacidad de cada padre para fomentar una relación saludable y continua con el niño.
- La habilidad para respetar y seguir el horario de tiempo compartido.
- La necesidad de mantener la estabilidad en la vida del menor.
- La distancia geográfica entre los hogares de los padres.
Si usted no tiene la custodia, aún tiene derecho a visitar a su hijo (enlace en inglés), siempre y cuando el menor esté seguro en su presencia. La frecuencia y duración de las visitas dependerán del acuerdo establecido por los padres, en su defecto, por el tribunal. Generalmente, los tribunales buscan asegurar que las visitas sean lo suficientemente frecuentes para mantener un vínculo significativo entre el padre y el hijo.
Si las circunstancias cambian significativamente, como un traslado o un cambio en el estado de salud de alguno de los padres, es posible solicitar una modificación del régimen de visitas. Sin embargo, debe demostrarse que el cambio es en el interés del menor.
Consideraciones de seguridad
El bienestar del menor siempre es la prioridad. Si existen preocupaciones sobre la seguridad, el tribunal puede ordenar visitas supervisadas. Esto significa que un tercero estará presente durante las visitas para asegurar que sean seguras y positivas para el niño.
Resolver disputas de custodia y visitas puede ser complicado, pero es fundamental recordar que el objetivo principal es el bienestar del niño. Mantener una comunicación abierta y honesta con el otro progenitor, así como buscar asesoría legal cuando sea necesario, puede facilitar este proceso. Al final del día, lo más importante es asegurar que el niño crezca en un entorno estable, donde pueda disfrutar de la presencia de ambos padres.