El divorcio puede ser un momento turbulento para las familias, especialmente cuando hay niños involucrados. Como padres, su máxima prioridad es asegurarse de que sus hijos estén emocional y físicamente bien mientras navegan las complejidades del divorcio. Compartimos una guía para proteger a sus hijos durante este cambio difícil.
Comprendiendo las reacciones de los niños
Los niños reaccionan de diversas maneras ante el divorcio de sus padres, y es esencial estar atentos a sus emociones y posibles cambios de comportamiento (enlace en inglés):
- Aislamiento: Algunos niños enfrentan el divorcio evitando las conversaciones sobre sus sentimientos. Pueden estar luchando internamente, pero les resulta difícil expresar sus emociones.
- Problemas escolares o de conducta: El divorcio puede manifestarse en problemas relacionados con la escuela. Los niños pueden portarse mal, descuidar sus tareas o presentar cambios de conducta. Su rendimiento académico puede disminuir y podrían parecer desinteresados en la escuela.
- Cambios en hábitos de sueño o alimentación: Los niños pueden mostrar signos de regresión, como mojar la cama, volverse más apegados y experimentar cambios en los hábitos de sueño o alimentación.
- Cambios de apego: Los niños más pequeños pueden experimentar ansiedad por la separación a medida que se adaptan a los acuerdos de custodia. Pueden sentirse divididos entre los padres, especialmente si uno parece más vulnerable.
Cómo apoyar a sus hijos
Estos son algunos pasos cruciales para proteger el bienestar emocional de sus hijos durante un divorcio:
– Fomentar la comunicación abierta: Si bien es importante saber cómo se sienten sus hijos, no los obligue a hablar. Cree un espacio seguro para que expresen sus emociones cuando estén listos.
– Mantener la consistencia: En medio de los cambios, trate de mantener algunas partes de su rutina consistentes. Esto puede brindar una sensación de seguridad en tiempos inciertos.
– Buscar apoyo profesional: Si nota cambios severos en el comportamiento o las emociones de sus hijos, considere buscar la ayuda de un terapeuta o consejero infantil.
– Minimizar el conflicto: Minimice el conflicto frente a sus hijos. Coopere en la crianza de manera amigable y evite involucrarlos en disputas o discusiones de adultos.
Al comprender sus reacciones, fomentar la comunicación abierta y ofrecer estabilidad, pueden ayudar a sus hijos a navegar este momento desafiante con resiliencia y fortaleza.